LA CARTA QUE NUNCA LEERAS

ROMEGUE

Esposa, hoy es Once de Septiembre, los delirios y las ondas nocturnas de amor que nos fue esquivo, son olas sin retorno en un mar de ilusiones.

Los gránulos de hojas marchitas, escapan de la soledad, se dispersan, para acompañar tu espíritu, camino a la gloria. 

Mujer labriega de amor, árbol legendario lleno de gavinas y turpiales; esparciste tus ramas en el inmenso biombo verde, donde caminas como fantasma entre soles.

Mujer hermosa, perseverante, de exhortaciones sutiles, filosofía de vida, de jovialidad perenne, esposa osada, nunca sucumbiste ante el infortunio y la perplejidad.

Madre mediadora, afectiva, de corazón complaciente y servicial, que labró familia, hogar y bienaventuranzas, moriste entre las súplicas de vida. 

Tu corazón, de revestimiento metalizado y radiante, ¡paró en el tiempo!, capituló ante la fuerza impetuosa de la enfermedad sedienta de vida.

Tu último suspiro; fecundó las sombras, donde solo los muertos conocen sus sendas.

 

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Comentarios +

Comentarios4

  • jvnavarro

    Un hermoso poema
    Un saludo

    • ROMEGUE

      Gracias por tu gratificante comentario.

    • BUSTILLOS

      Bello poema!

      • ROMEGUE

        Gracias por leerme.

      • Raiza N. Jiménez E.

        Buenos días Poeta.
        Muy expresivo y poético poema que, pincela la partida y la tiñe del dolor que inspiran las amadas ausencias. Bendiciones.

        • ROMEGUE

          Gracias Raiza, tu comentario me llena de alegría y me motiva a seguir escribiendo...un abrazo fraterno.

        • MISHA lg

          muy sentidas tus letras poeta son bellas
          gracias por compartir

          Tu corazón, de revestimiento metalizado y radiante, ¡paró en el tiempo!, capituló ante la fuerza impetuosa de la enfermedad sedienta de vida.

          Tu último suspiro; fecundó las sombras, donde solo los muertos conocen sus sendas.

          besos besos
          MISHA
          lg



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