En el umbral de un sueño divino, vi el fin de mis días llegar. Allí en el cielo, en su trono divino, Dios me hizo una oferta sin par.
Con voz serena, profunda y sabia, me mostró el mundo en su esplendor. Desde montañas hasta la playa, cada rincón, cada color.
Gentes amables, tierras de ensueño, animales que nunca vi. Mares de azul, riquezas sin dueño, humildad y guerras allí.
Mi alma se llenó de maravilla, pero algo en mí se detuvo. Con una lágrima en la mejilla, mi patria en el corazón sentí.
Volví mi mirada a mi tierra querida, donde nací, donde viví. Entre bellezas y pesares, a mi patria yo elegí.
Aunque haya pobreza y dificultades, su gente y su amor me llaman. Allí encontré todas mis verdades, en su suelo, mi alma se calma.
Así, en el cielo, con firmeza, dije al Señor: "Quiero volver. No hay tierra con tanta grandeza, como mi patria, donde quiero renacer."
- Autor: Jessaim Malave (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 27 de junio de 2024 a las 11:19
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 15
- Usuarios favoritos de este poema: jvnavarro, Classman, Mauro Enrique Lopez Z., alicia perez hernandez
Comentarios1
Interesantes letras
Así, en el cielo, con firmeza, dije al Señor: "Quiero volver. No hay tierra con tanta grandeza, como mi patria, donde quiero renacer."
Un saludo
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.