LA QUE UN DÍA FUE
Tersura en su piel, radiante y sombreada,
De alma clara como el agua cristalina,
Ella fue mi mujer.
Aquella que un día me enamoró,
Con su sonrisa lozana y tierna mirada,
La que hoy ya no está.
Por la que le escribía poemas,
Fuente de mi inspiración sin medida,
¿Dónde estará su corazón sincero?
Aquella que siempre me respetaba,
Digna de admiración y respeto,
Inocente, incapaz de hacerme daño,
Ya no está presente.
Ella sabía caminar por senderos angostos,
Sostenerse en terrenos resbaladizos,
Creía firme en su fe en Dios,
Pero ya no queda rastro de ella.
Busco a mi mujer,
Aquella cuyo cuerpo y pensamientos eran míos,
¡Mi mujer de antaño!
La que sabía amar.
¿Dónde la encontraré?
Daría mi retorno por hallarla,
Como la de antes, tal cual, cómo era.
De repente hoy la vi,
¡No sé si es ella!
Se parece tanto
¡Pero no!
Es otra que pretende usurpar,
Su lugar en mi corazón.
Autor: LUÍS ∆P∆Z∆ H. Alías: Corazón Bardo
Todo los derechos reservados©
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Autor:
CORAZÓN BARDO (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 27 de junio de 2024 a las 23:58
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 21
- Usuarios favoritos de este poema: jvnavarro, Zasphis🦯
Offline)
Comentarios1
Hermosas letras,
Tersura en su piel, radiante y sombreada,
De alma clara como el agua cristalina,
Ella fue mi mujer.
Un saludo
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