Las lágrimas, se tornaron en tormenta eléctrica. Se dijo a si misma:Llueve por todo lo que no llovió en un mes, de un infinito calor. Ya al resguardo de "ojos grises", sabía que no lo vería más. Ya que no solo era un océano y un mar de distancia, sino que no se veía junto a él. Habían pasado momentos fantásticos, irrepetibles y de una increíble intimidad. Mas Carla, se veía muy estrechamente conectada con su" zona de confort." Su casa, sus amigos y sus rutinas diarias. No se le pasaba por la cabeza cambiar eso por una pareja. Y las había tenido y no habían prosperado. Ella era demasiado libre para compartir su vida con alguien. Se había acostumbrado a dormir sola. Nadie la sacaría de ese lugar y definitivamente no era para ella. Ojos grises trato de convencerla que aún era joven y que la relación con su hija era demasiado sacrificada. Le contestó que no, quizás en un principio le habría costado mucho la distancia. Mas tenían una excelente relación. La confianza y el amor permanecían intactos. A veces Carla viaja y otras veces su hija. Así más o menos cada año se disfrutaban plenamente. Habían conseguido ser dos mujeres adultas. La relación de madre e hija, se mantenía cada una con su individualidad.
(rosi12)
- Autor: rosi12 (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 28 de junio de 2024 a las 04:18
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 16
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z., Lualpri, David Arthur, alicia perez hernandez
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