Una tarde de otoño
me enseñaste unas letras
con tu sangre en la tinta
y me hablaste con ellas.
Me contaste mil cosas
en sus rimas inquietas,
y también me mostraste
la ternura que llevas.
Es tu alma, sin duda,
la que pulsa esas teclas,
la que hace y transforma
a la rima en poema.
Y nacieron suspiros
con sus alas traviesas,
y cerrando los ojos
yo sentí tu presencia.
Me invitaste a tu vuelo
y acepté sin reservas,
y dormí entre tus alas,
muy sutiles, de seda.
Y cruzamos los versos
evitando respuestas,
de preguntas capciosas
por amos al poema.
Y es que nunca lo hablamos,
pero amamos las letras,
y se amaron las almas
de una forma sincera.
Yo temblé, en el silencio,
con mis miedos y penas,
al sentir la penumbra
y temer que te fueras.
Más la luz de la vida
comprendió que el poema,
eran versos y tinta
de la sangre y las venas.
Rafael Sánchez Ortega ©
27/06/24
- Autor: Pyck05 ( Offline)
- Publicado: 29 de junio de 2024 a las 05:15
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 18
- Usuarios favoritos de este poema: Francisco Javier G. Aguado 😉, Pilar Luna, Orqui Valdes, Omaris Redman, Amanecer, MISHA lg, alicia perez hernandez
Comentarios4
Hermoso!
Wow!!!.. cuando al leer sientes que lleva música ese sin duda es un mensaje del alma..
Hermosooo
ahhhhh!! poeta divinas letras ,
y entre respiros del alma llegaron las letras,, a que bellas!
gracias por compartir
Es tu alma, sin duda,
la que pulsa esas teclas,
la que hace y transforma
a la rima en poema.
Y nacieron suspiros
con sus alas traviesas,
y cerrando los ojos
yo sentí tu presencia.
besos besos
MISHA
lg
Omaris, Amenecer y Misha, gracias por vuestras palabras.
Saludos y Abrazos.
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