La vida...a veces

Usted sabe de mi …lo que yo de su pasión y de sus íntimos secretos,

usted conoce de mis debilidades…y quizá por eso…me siento tan vulnerable,

será porque usted es mi dulce veneno…mi vacilación…mi hastío,

como también mi energía…mi luz…la innegable emoción….

que desborda mi corazón de irreprimibles latidos.

 

Usted y yo nos sabemos completo,

nos identificamos las heridas y las alegrías…

nos hemos visto en la misma tristeza,

venimos de la misma soledad…

y aprendimos a lidiar en la melancolía de la sombría ausencia.

 

Nos parecemos… pero somos diferentes,

tan distintos a veces que nos desconocemos…

Y hasta suponemos odiarnos…para negar lo que sentimos.

 

Somos un “tal para cual” …una misma medida,

la prueba más elocuente de una atracción inevitable,

la coincidencia perfecta…la eventualidad inesperada…

y sin duda…la casualidad sublime jamás imaginada.

 

Como bella melodía…somos la mansa armonía,

la asonancia acuciosa,

el verso que termina fraguando en poesía.

 

Somos como el agua que brota de los manantiales…

y como aquella que corre en el río que cruza los arrabales.

 

Su historia pintó la mía con matices de fiesta…

y me puso contento…a bendecir su llegada…

sin pensar entonces en lo cruel que sería…

cuando llegaría el día de su fugaz huida.

 

La vida es un laberinto…un enredo a veces…

un “sal si puedes” …de donde nadie escapa,

imposible adivinar su próxima parada…

un juego peligroso…que te somete al azar…

te subyuga a la incertidumbre…

y poco a poco te mata.

 

La vida es a veces… “un para siempre” …inolvidable,

aunque nos toque transitar por distintos caminos,

y aunque nos aparte el despiadado destino.