Se impone el ardiente deseo de piel;
aquel que deshiela la adusta nieve;
que derrite la roca y la conmueve
y de austeros panales llora miel.
Arde y quema el apetito loco
como hoguera que a carne sonroja
y el labil control mental deshoja
y sumerge en libido de sofoco.
Recorre el camino beso a beso;
prueba el néctar sacro de otra boca
sin mediar peligro su embeleso.
No se abstiene tomar otro aliento
y saciar largas y fingidas fantasías
que lo dejan hastiado y sediento.
- Autor: Charlescolt (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 1 de julio de 2024 a las 01:46
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 23
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z., MISHA lg, Jose de amercal, El Hombre de la Rosa
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