Pérdida juventud

RICARDO V

 I.

Mujer, prodigio de Dios,

te cubren las maravillas

que como mujer ostentas

por belleza y fantasía.

El mundo se ha edificado

sobre columnas fallidas

porque lo rige la fuerza

que es fortaleza fingida.

El día a día demuestra

que la auténtica heroína

en la evolución del mundo

es la mujer. ¡No es mentira!

El hombre tiene el vigor

que sus músculos propinan

y eso lo ha hecho acreedor

del mando que nos domina.

 

II.

Dios le entregó a la mujer

el poder de dar la vida

pero se olvidó del cuándo,

del por qué, de tanta prisa.

El mundo porta en alforjas

las mayores injusticias

como es el hacer mujer

el cuerpo de una chiquilla.

El ser humano no piensa

lo que pensar debería

y deja que sus instintos

impongan su tiranía.

La existencia se hace corta

por lo que dura la vida

pero hay tiempo suficiente

si supiéramos regirla.

 

III.

Te hiciste mujer muy pronto

sin probar quizás la vida,

viviste la adolescencia

y la juventud de un día.

Corriste sobre la arena,

sobre las noches corrías,

más en amor las carreras

son ya carreras perdidas.

Lo que tú creíste un viaje

se convirtió en travesía,

es lo que tiene un momento

cuando se bebe deprisa.

Ahora ya has sido madre

y gracias das a la vida

más cuando cierras los ojos,

¿a dónde fue aquella niña?

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