No sé cuántas veces he sido,
cada día me encuentro distinto.
El espejo es un testigo mudo
de este yo que nunca persisto.
Cada paso es un nuevo verso,
una nota en el libro del alma.
Me miro y me reconozco ajeno,
en un constante juego de calma.
Soy el eco de mis propios sueños,
la sombra que danza en la pared.
Cada deseo se torna extraño,
y en su reflejo ya no me sé.
Soy paisaje en movimiento,
un viajero en su propio ser.
Me leo en las líneas del tiempo,
sin saber qué me queda por ver.
Anoto mis huellas en la arena,
el viento se lleva lo que fui.
Releo mis versos, me pregunto,
¿será este yo el que conocí?
Dios lo sabe, con su pluma eterna,
va escribiendo mi ser sin final.
En cada página descubro
un yo diverso, siempre igual.
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Autor:
Diego Pantoja (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 5 de julio de 2024 a las 16:40
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 53
- Usuarios favoritos de este poema: ♦Crystal CG♦, alicia perez hernandez, Amanecer, Mauro Enrique Lopez Z.
Offline)
Comentarios1
"Soy el eco de mis propios sueños"
Me estaba riendo al llegar al final del escrito porque hace algunas semanas se me ocurrió leer mis poemas de hace una década y casi lloro de la risa. Así como algunos de nuestros sueños parecen inalterables con el paso del tiempo, también hay otros que cambian, se trasforman en algo diferente.
El poeta es así, cambia, se transforma y muta y ese cambio se refleja en su obra escrita.
Un placer leerlo.
Saludos.
Al igual que tú, he recorrido esos caminos del pasado, donde los versos jóvenes danzaban con la inocencia y la esperanza de un soñador. Esos poemas, aunque a veces ingenuos y desordenados, guardan la esencia de quiénes éramos, de nuestros sueños más puros y anhelos sinceros. Es cierto, el poeta se transforma con el tiempo, y en esa metamorfosis, nuestros escritos también encuentran nuevas formas de expresarse. Cada poema, cada palabra, es un reflejo de nuestras vivencias, de los momentos de alegría y de las lágrimas derramadas en noches solitarias. Leerte ha sido un placer y un recordatorio de que, aunque cambiemos, la poesía sigue siendo un testigo fiel de nuestro viaje. Gracias por compartir tu experiencia y por tus amables palabras que han tocado mi corazón. Te envió un fuerte abrazo con el viento...
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