Nos acercábamos al bosque,
ese lugar donde niños y mascotas
corretean al son
del baile en la mascarada.
Yo y esa niña mora,
nos preguntábamos por qué
íbamos de la mano.
Éramos niños sin razón
para buscar en las montañas
lo que no hallé en la flora
de esa ciudad que me abrumaba.
Yo y esa niña enamorada
Nos perseguíamos sin saber
cuando terminaban las horas.
Pisábamos las montañas de arena
buscando esas migajas
de cariño en las esporas.
Nos maravillábamos ante las faunas
que en nuestros seres habitaban.
Yo y esa niña colorada,
escalábamos juntos la montaña,
sin temer a la caída.
Mientras se sonrojaba,
vislumbraba nuevos enfoques
de esa sonrisa pagana.
Pero la infancia ignora
lo que el amor calla
y tras bajar de las montañas
me despedí, y la añoraba.
- Autor: Tomás Osorio del Río ( Offline)
- Publicado: 6 de julio de 2024 a las 06:48
- Categoría: Amor
- Lecturas: 12
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez
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