Veo como se aleja la tormenta
hay una daga clavada en mi memoria
trae dolor la pírrica victoria
liberar, es morir de forma lenta.
¡No es que mi corazón por ti no sienta!
tengo que poner fin a nuestra historia
marchitas van, las aspas en la noria
llueve, pero mi boca está sedienta.
La promesa de un cielo azul celeste
hincha las blancas velas del velero,
zarpa en busca de un nuevo sol, al este
Despacio surca el lóbrego sendero
para que el corazón no le proteste
y se marche la joya del joyero.
- Autor: Javi77 ( Offline)
- Publicado: 11 de julio de 2024 a las 07:39
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 62
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z., Aqua Marina, Jose de amercal, El Hombre de la Rosa
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