Para Qué

Para qué me escribes si luego te vas a ir,
para qué cruzas mis pensamientos y los dejas en un sinfín.
¿Por qué apareces en mis sueños, si al final despertaré
solo, con el eco de tu risa, en un rincón donde no te encontraré?

Para qué prometerme un mañana, si no te vas a quedar,
si solo dejas rastros de promesas que el viento llevará.
Para qué vuelves si te vas a ir,
dejando en mi alma cicatrices que nunca llegarán a sanar.

Cada mensaje tuyo es una estrella fugaz,
brilla un instante y luego se va.
Para qué iluminas mi noche si en la oscuridad me dejarás,
si tras tu luz, la sombra eterna caerá.

Para qué darme esperanza, si solo me la quitarás,
alimentando un fuego que solo tú apagarás.
Para qué despertar emociones que en silencio grité,
si al final, de nuevo, solo me dejarás caer.

Para qué cruzar mi camino, si luego te alejarás,
si el sendero que marcas, al final, lo desandarás.
Para qué ser la melodía de un susurro en la noche,
si en la mañana serás silencio, un eco que se esconde.

Para qué me envuelves en tus palabras, si luego te irás,
dejando mi corazón en un eterno compás.
Para qué llenar de ilusiones mi ser,
si al final, una vez más, me harás padecer.

Para qué ser el faro que guía mis sueños,
si al acercarme, te desvanecerás en mis anhelos.
Para qué jugar con la esperanza de mi amor,
si tras cada encuentro, solo queda el dolor.

Para qué volverte a encontrar, si al final te irás,
dejando solo rastros de lo que nunca será.
Para qué darme un suspiro de tu presencia,
si después solo habrá ausencia.

Para qué me escribes si luego te vas a ir,
dejando en mi alma el eterno sufrir.
Para qué vuelves si no te quedarás,
si al final, solo en mis sueños, te quedarás.