LLUVIOSOS RECUERDOS.

LLUVIOSOS RECUERDOS

Llega a mi recuerdo, una lluviosa y
ya lejana, tarde noche en la ciudad.
Caminando sin rumbo desorientado,
por las calles empapada te encontré,
bajo un nuboso cielo gris estrellado.

Mi paraguas te ofrecí, y te acompañe
paseando sin prisas bajo la lluvia,
por la larga y solitaria avenida.
Con la única y luminosa presencia
de las altas farolas que nos miraban
vigilantes, desde su privilegiada altura,
con su triste, tenue y romántico fulgor.

Al llegar a un oscuro y solitario portal
ambos decidimos descansar un poco.
Rendidos y fatigados, rozamos y apretamos
nuestras más que ansiosas y mojadas manos,
fijando al mismo tiempo nuestras miradas
recíprocas, que tenues y sigilosas tantas
cosas nos querían decir silenciosamente.

Sin dejar de mirarnos, acercamos a la vez,
nuestros temblorosos labios, juntándolos
en un húmedo, prolongado y caliente beso,
al mismo tiempo que juntábamos en un
fuerte abrazo, nuestros mojados cuerpos.

Después, cogidos de la mano y cobijados
aún por el paraguas como único testigo,
te llevé a la parada de metro más cercana.

Desde entonces, cuando llueve, paseo
observador y silencioso por el mismo
lugar que recorrimos, esperando volver
a encontrarte otra vez, como aquel día.

El paraguas que nos cobijó, lo guardo
como un talismán, y hasta le rezo y le
pido que me ayude a encontrarte de nuevo.

Cuando cesa de llover,
mi tristeza te puedes figurar,
pues nunca te consigo ver,
y a casa solo tengo que regresar.

Cuando a casa por fin llego ya,
en un sillón, me siento a llorar,
y abatido, suele mi angustia durar,
hasta que me duermo y dejo de pensar.

Con un lápiz y un papel,
tu cara intento dibujar,
para así poder después,
mejor tu paradero localizar.