Al atardecer de mis años
Por Marina Ceballos
Crónicas de mi pueblo
-Tertulia Dominical-
[Al abogado y periodista Hazael Molina]
En una fría mañana merideña, las nubes retozan entre las majestuosas y verdes montañas. Desde mi ventanal tovareño de una rústica cabaña rodeada de flores silvestres, orquídeas y frailejones, un búho me observa en silencio, me acecha, era el mismo búho que conocí en mi inquieta juventud de ojos -color ciruela- y mirada profunda, como escudriñando el interior de mi alma, me impregnó de sabiduría e imaginación. Y, en el remanso de mi soledad del atardecer de mis años me visitó otra vez, me llenó de amor espiritual, y con su mirada afectuosa, me susurró; ”Ya no tengo la prisa del viento, debo partir…”
Mirando la nevada sierra, disfruto un buen cafecito con suculento pan tovareño, al igual, que del agradable programa de la radio -Ritmo Estéreo 93.5-,”la radio que más se escucha”, la radio que a mí me gusta, acompañada del tema de la Nana Mouskouri -Cuando sale la luna-. y la dulce melodía ”Les Flevilles mortes” por Yves Montand. Tuve la grata satisfacción de escuchar el ameno y entretenido programa, “Tertulia Dominical” del periodista y abogado Hazael Molina. Con buen contenido de cortos e interesantes micros de historia, salud, noticias, entrevistas, publicidad, sección de farándula, temas jurídicos entre otros.
Dijo Hazael Molina: “Bonitos recuerdos tengo desde esa otra Mérida que ya se fue. Más fría y vestida de neblina, unas veces y otras con radiante sol tratando de despertar las gélida y petrificadas águilas de Don Tulio Fébres Cordero. La Mérida del viejo mercado, de radio Universidad y Don German Corredor con su programa “Revista de la noche”, del cafecito colado, la de Amador, Mática, la loca Amalia y el poeta de la libertad. La Mérida de los profesores y abogados con portafolio paltó y corbata, de estudiantes y paisanajes respetuosos y caballeros a carta cabal. La Mérida que nos abrió puertas a quienes llegamos a estudiar en Las décadas de los 60, 70 y 80. Yo venía de la panamericana, otros de lejanas tierras, las chicas tovareñas se distinguían por su belleza, inteligencia y gentilicio. Hoy, ya en el otoño de mi vida, celebro toparme con una de esas excepcionales personas que escriben para mantener vivo el recuerdo de tiempos idos y proyectarse en el futuro. Me gustan tus crónicas, me agrada que seas mi seguidora en los medios y me alegra que estés bien”. También Estuve en la política, continuó nuestro invitado HM; y con el periodismo me he encontrado a mí mismo. En política la confrontación de ideas existe, pero la amistad vale mucho, por eso soy periodista de opinión. En mi redención política dijo H.M: -La política es como un juego, si no participas porque no te gusta el árbitro, puedes perder el juego y uno debe prepararse para que los candidatos de la acera del frente también sean los mejores por si ganan, saquen al país adelante. Su programa de buen y variado repertorio musical es para todos los gustos. Es nuestro invitado, un ser sensato que lucha por las causas justas. Dice nuestro protagonista y buen amigo; -hay dolores que no matan, pero duelen. “Comentado a través de su Tertulia dominical”. Tovar, Mérida Venezuela. Albricias, muchas albricias 27/6/2024
- Autor: marinaceballos ( Offline)
- Publicado: 14 de julio de 2024 a las 18:14
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 16
- Usuarios favoritos de este poema: Scarlett-Oru, marinaceballos, Mauro Enrique Lopez Z.
Comentarios1
Me gusta, como escribes, un abrazo.
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