ILUSION
A veces escribo sencillo y breve. Otras, me explaya el sentimiento y dejo documentado cada paso de mis días. Ahora estoy retornando a verme extraviada y pienso mucho en que nivel se encuentra mi ánimo. Me invade la necesidad de aislarme otra vez, desprenderme del móvil y refugiarme más en la música que parece comprender lo que vivo y escondo dentro mío. Es un modo de castigo, dulce y doloroso. Pero si aún puedo sentirlo, entonces me alivia saber que sigues presente. Sin embargo he descubierto que aferrarme no me está haciendo bien, que no consigo superar y me estoy quedando sin opciones. Estoy aturdida y pierdo la concentración para enseguida pensar nuevamente en ti. Me dejo llevar por lo que ocurre en mi cabeza recientemente y cuanto más saco en conclusión, más lejos de ti me veo. No lo sé, es lo que me ocurre últimamente y hasta desconozco donde me encuentro parada. Podría agregar que ya no se qué ocurre en mi interior y mi mente es como la rueda de la fortuna, gira y gira sin llegar a algo en concreto. No hay forma de que se reúna con mis emociones porque es tejer lágrimas en la soledad de mis anocheceres o reír hasta que me duela el vientre. Ofuscarme y ahogarme en mi propio misterio, o padecer de una energía subida al cien por ciento. Cantar versos de una canción optimista o que el alma llore con la melodía más triste y sentida. Para terminar retomando mis salidas por las calles de Monte Grande, atrapada en las postales que aparecen cada vez que llego al parque y curiosamente suena esa canción que me parte en mil pedazos y me hace morir. A veces creo que esas salidas a diario son una plan de escape, sin embargo cuando me sincero, en realidad es un plan para reencontrarme contigo algún día.
Estoy en el día catorce del mes de julio, a ocho meses de haberte perdido. Y, aunque aún parece que fue ayer, me pregunto cómo es que ha pasado tan rápido. Cómo lo tomare cuando esos ochos meses se vuelvan en un año. Y ese año se vuelva en muchos otros más. ¿Será que para entonces me sentiré mejor? Tendré que descubrirlo cuando llegue el momento.
Ahora me preparo para salir, tal vez por esas casualidades, después de una larga caminata, mire al cielo y te vea convertido en ave, volando alto, inalcanzable. O en alguna estrella cuando oscurezca y yo pegue la vuelta a casa. Si eso ocurre, me haría tan feliz. Quizás encuentre un propósito para continuar saliendo, y entre tantas rutas distintas consiga inconscientemente, seguir viviendo.
- Autor: Anne Black (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 14 de julio de 2024 a las 20:06
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 14
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.