Un poema para mi madre y su eterna sabiduría

José de Jesús Camacho Medina

 
Mi madre me habla del cardenche
de su flor que rompe umbrales
en sus palabras revelo mirlos
y su verbo es una cigarra
que aletea sobre la tarde.
 
Aquí no cabe el ruido del mundo
no hay precio para esta fuente
su voz es brisa inabarcable
agua para los juncos.
 
En los ojos y manos de una madre
sobrevuelan las respuestas
y reside una deidad.
 
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