Mi madre me habla del cardenche
de su flor que rompe umbrales
en sus palabras revelo mirlos
y su verbo es una cigarra
que aletea sobre la tarde.
Aquí no cabe el ruido del mundo
no hay precio para este instante
su voz es brisa inabarcable
agua para los juncos.
En los ojos y manos de una madre
sobrevuelan todas las respuestas
y reside una deidad.
- Autor: Astronauta (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 15 de julio de 2024 a las 18:03
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 22
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z., Pilar Luna, alicia perez hernandez
Comentarios1
Honrar padre y madre primer mandamiento es con promesa de vida.
Dios le bendiga.
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