Hoy, las extrañas nubes que se extienden en el cielo de mi existencia,
por fin les encuentro una forma razonable,
y tienen la figura de tus caricias, de tus deseos, de tus ganas.
Solo me limito a decir que tienen la forma de tu cuerpo,
un reflejo de la esencia que me envuelve en cada pensamiento y me deja inmerso en una foza de desesperación.
Los atardeceres ya no tienen la magia del suspiro,
las noches ya no me inspiran pasión,
y aún las estrellas están esperando que las contemos...
Y como siempre, yo la espero, sin peros ni condiciones,
con la paciencia del tiempo que conoce su propio ritmo.
Acuérdate, amiga mía, que la noche nos vio desnudos,
y que el alba nos sobrevino como una profecía a un profeta,
o como la luz a las tinieblas,
iluminando los rincones oscuros de nuestra intimidad compartida.
Es obvio que un ser amando no tenga duda de que la dicha lo favorece,
pero la suerte del pobre es como la flor de verano,
efímera y delicada, vulnerable a los caprichos del destino.
Pero no la detendré,
ni aunque mi boca pronuncie tu nombre con ganas de que tus labios me respondan,
ni aunque mi cuerpo te crea a ti como mi sombra,
ni siquiera porque mis deseos se subleven contra mis principios,
yo no la voy a detener.
Porque en el fondo, el amor verdadero no conoce de ataduras,
y en su libertad, encuentra su forma más pura y sincera.
Así, te amo, en cada nube, en cada estrella,
en cada rincón de mi existencia que lleva tu forma,
esperando siempre, sin peros ni condiciones.
- Autor: Naschbel (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 19 de julio de 2024 a las 07:29
- Categoría: Triste
- Lecturas: 25
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z., Francisco Javier G. Aguado 😉, ElidethAbreu, alicia perez hernandez
Comentarios1
Amor incondicional en todo el poema con un cierre espectacular querido amigo .
Gracias y aplausos!
Muchas gracias Elideth
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