En el jardín de la vida, donde el primer aliento surgió,
Adán y Eva, en su danza, una sombra proyectaron.
Con el fruto prohibido, el destino entrelazaron,
y en su caída, la muerte a sus hijos legaron.
Más el Creador, en su trono, no desvió la mirada,
su propósito divino, por el error no fue manchado.
Promesas de vida eterna, en las estrellas sembradas,
para aquellos fieles, cuyo amor no ha menguado.
Job, en su lecho de aflicción, en la resurrección creía,
convencido de que el llamado de Jehová no tardaría.
Daniel, entre visiones, un futuro revelado,
donde los mortales se levantan, por el tiempo no limitado.
Los judíos, en su espera, la promesa conocían,
de un Dios que a sus siervos, la eternidad ofrecía.
Jesús, en su palabra, la esperanza mantenía,
y en su resurrección, la verdad se cumplía.
Así, en el tapiz del tiempo, cada hilo es una vida,
entrelazados por la fe, en la promesa divina.
La muerte, solo un sueño, del que despertarán algún día,
en un jardín restaurado, donde la vida no termina.
Y en este poema sagrado, donde la esperanza reside,
cada verso es un suspiro, de un alma que persiste.
En la búsqueda de un mañana, donde el amor preside,
y la vida, como un río, eternamente fluye y existe.
- Autor: ஜீEl amor es un vinculo perfecto de uniónஜீ (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 21 de julio de 2024 a las 07:57
- Comentario del autor sobre el poema: Domingo 21 de julio Esto significa vida eterna (Juan 17:3). Aunque Adán y Eva pecaron y por su culpa todos sus descendientes heredaron la muerte, Jehová no dejó a un lado su propósito (Is. 55:11). Él sigue queriendo que las personas fieles vivan para siempre. Piense en todas las cosas que Jehová ha dicho y hecho para cumplir su propósito. Él ha prometido que resucitará a las personas que han muerto y les dará la oportunidad de obtener la vida eterna (Hech. 24:15; Tito 1:1, 2). El fiel Job estaba seguro de que Jehová ansía resucitar a quienes han muerto (Job 14:14, 15). El profeta Daniel sabía que los seres humanos resucitarían y tendrían la oportunidad de vivir para siempre (Sal. 37:29; Dan. 12:2, 13). Los judíos del tiempo de Jesús también sabían que Jehová podía darles a sus siervos fieles “la vida eterna” (Luc. 10:25; 18:18). Jesús habló en muchas ocasiones de esta promesa y él mismo fue resucitado por su Padre (Mat. 19:29; 22:31, 32; Luc. 18:30; Juan 11:25). w22.12 5 párrs. 8, 9 Examinemos 2024
- Categoría: Religioso
- Lecturas: 14
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez, Pilar Luna
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