Me retiro a mi soledad eterna.
Enciendo esta noche una linterna
entre el frío que por esta ventana
entra a borbotones, como mi alma
en la muerta materia desvencijada
haciéndola jirones de blanca niebla.
Me retiro a mi soledad eterna,
aunque nunca daré por perdida
aqueya estreya que briya a oriyas
de mi vida, entre marea y arena...
Me voy volando al alba al despertar
a esta realidad tan extraña,
que se sueña, es la verdad...
Me voy flotando en una ola enfática,
a toda velocidad, cortando las aguas,
y la gran distancia que nos separa igual.
Late tenue en la superficie artificiosa
una cimbreante estreya que la materia mora
Ahuya secreta combatiendo la alegre pena
desde el corazón de una honda cueva
Espera que yueva adentro del cántaro
mientras canta asolas su voz de árbol
Una gota de magia libera el paisage
que eya y su sombra hacen soñándose
Libertades emancipadas elevan un rumor
de esplendoroso amor sobre el dolor sordo
Y el silencio recíproco prende el rescoldo
de la esperanza última en su búsqueda de dios
Encarna la ausencia metamórfica así ahora
en prístinas miradas como copas que desbordan
riente vida siempre aún cuando se siente encima
la luz dividida en tantas chispas efímeras
bajo los ojos de la noche eternamente infinita
Misteriosa oriya sombría donde briya
una estreya blanca: transparencia entre las arenas
Alas de versos que hacen eco contra montañas
al rozar sus plumas en un veloz impulso
Luego agua viene desde el cielo herido
aunque parece ser la sangre o negro olvido
Nacen fuegos fríos de los ojos de una esfinge
que sigue vigilando el camino que la atraviesa
como una brecha abierta en la noche sobre la tierra
donde hundo la semiya de un mundo que verá el día
pronto, cuando se termine la gris agonía y el ego
comparta su sabiduría contradictoria conmigo
que soy quizás la sombra que decora esta oriya
pero más todavía un viento que se ha perdido de vista
porque le ha perdido la pista hasta el tiempo
Los pesares a confesar son idealizaciones
de amores recientemente capitulados,
son la forma de una mano tocando el vacío,
adentrándose en un cuerpo que es la noche,
en un silencio que no corresponde
a ningún pensamiento ni deseo mundano,
son esas lágrimas que caen lastimadas
sobre polvaredas, sobre realidades fátuas
que se esfuman bajo la insistencia de una mirada,
bajo este cielo cuya intensa luminosidad
oscurece la visión del alma desapegada,
pero todas esas tristezas son solo sombras,
son como cadenas rotas que parecen intactas,
son espejismos en mitad de un desierto
de verdad, son una ausencia universal,
son los sueños que yacen dormitando,
soñando otros sueños concatenados
...
El azul es total, absoluto
Reina sobre el bajo mundo
El mar es un espejo oscuro
Veo algunas fisuras en el muro
La noche abre sus cicatrices
El calor del fondo nutre las raices
Un amor profundo, vibrante, húmedo...
y ciertamente triste como la luz
que cae en la corriente azul
con una amargura dulce y un brusco
relámpago, y luego agua
- Autor: Original Oriflama Infinita ( Offline)
- Publicado: 23 de julio de 2024 a las 04:28
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 17
- Usuarios favoritos de este poema: BUSTILLOS, Mauro Enrique Lopez Z., alicia perez hernandez
Comentarios1
Que beyeza de poemas, entre la luz y las sombras de la vida, son magníficos !
Un saludo!
Carlos Alberto
Mi sincero agradecimiento a ti que los aprecias
Saludos
y buenos días
en este mundo
que es poesía
Muchas gracias a ti, feliz día!
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.