Sus palabras sonaron en mi oído,
sorprendiendo al corazón con su dulzura,
como melodías exquisitas y sedosas,
arrancaron de mi pecho los latidos.
Solo un instante requerí de sus palabras,
para comprender la eternidad de la ternura,
para que un suspiro abrasador escapara de mi boca,
bautizando el sentimiento como amor,
ferviente y puro.
Hoy de mí mismo nada ha quedado,
solo el sonido de su voz,
entreteniendo los años,
trocando en sonrisa el dolor sombrío,
fascinando la mirada con su vuelo de mariposa.
La sonrisa inocente se volvió esperanza,
alcanzó la nube y exhalo la brisa,
olvido el silencio, expelió las sombras,
se prendió en tu rostro,
para darme vida.
- Autor: Jose Barrientos (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 23 de julio de 2024 a las 13:48
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 54
- Usuarios favoritos de este poema: Santiago AlboHerna, Pilar Luna, alicia perez hernandez, Mauro Enrique Lopez Z., José Valverde Yuste, El Hombre de la Rosa
Comentarios1
"Hoy de mí mismo nada ha quedado,
solo el sonido de su voz,
entreteniendo los años," bellos versos mi estimado, graciassss
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