En la juventud, el tiempo se desliza veloz,
como un río impetuoso que no espera,
cada instante es una joya pasajera,
en la memoria, se guarda el brillo de lo que fue.
La vejez llega lenta, como un eco lejano,
los años se acumulan como hojas en otoño,
cada arruga es un mapa de un camino huraño,
en el alma, se anidan los recuerdos temprano.
A medida que uno se hace más viejo,
la vida se vuelve un caleidoscopio de momentos,
cada recuerdo es un tesoro en los vientos,
en la mente, se entrelazan lo dulce y lo bermejo.
En la vejez, solo quedan los susurros del pasado,
los momentos vividos se convierten en tesoros,
cada risa, cada lágrima, cada esfuerzo,
en el alma, se graban los recuerdos amados.
- Autor: José de Amercal (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 24 de julio de 2024 a las 16:54
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 50
- Usuarios favoritos de este poema: Pilar Luna, Lucía Gómez, Mauro Enrique Lopez Z., Martha patricia B, WandaAngel, marha san antonio, El Hombre de la Rosa
Comentarios1
Como que la juventud es corta y la vejez se alarga con todo lo que implica. Buena reflexión . Saludos
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