Tomás se decía: hacer el amor con una mujer y dormir con una mujer son dos pasiones no sólo distintas sino casi contradictorias. El amor no se manifiesta en el deseo de acostarse con alguien (este deseo se produce en relación con una cantidad innumerable de mujeres), sino en el deseo de dormir junto a alguien (este deseo se produce en relación con una única mujer).
MILAN KUNDERA
Despedida que no fue bienvenida del ayer, sino del mañana
FUE ESCURRIRSE, PIZPIRETO,
ese adiós principiador,
y supe que, aunque mis pupilas la desabrocharan,
tu desvaneciente figura
pronto se corporeizaría, día a vida,
en la exigente locura de nuestra decisión.
Hoy, no es menos cierto.
Hoy, con la misma persona con la que comparto noche, amanezco.
Todavía: paráfrasis de un pronombre (2024)
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Autor:
Otxamba Quérrimo (
Offline) - Publicado: 25 de julio de 2024 a las 05:48
- Comentario del autor sobre el poema: "Porque sé que tú eres de pronto la mañana", habría dicho Ángeles Mora. Después de lo que fueron nueve años de relación, nueve años acumulando despedidas, qué deliciosa supo la de esa noche, la última. Desde ella, dormir junto a alguien no es un deseo. ¡Es un hecho! Lo protagonizamos "día a vida" nocturnamente nosotros. Entonces me da por pensar en George Steiner, para quien «el amor más intenso es una negociación, nunca concluyente, entre soledades». Sus palabras se aproximan a los sólo nueve meses que llevamos "compartiendo noche, amaneciéndonos". Cierto es, todavía nos salpican interrupciones —un adiós por aquí y por allá, una noche en camas desemejantes…—, pero ninguna lo suficientemente recurrente, o lo suficientemente prolongada, como para echarnos de menos y no poder hacer nada. De momento, "la exigente locura de nuestra decisión" nos protege de esa despedida fatídica. Y definitiva.
- Categoría: Amor
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