Sobre un poeta realista que examina su vida

Al principio de la vida me encuentro

arriba de una nube reposando y pensando,

sobre a donde el aire me llevará,

qué más da, solo el futuro lo sabrá.

Con horror me ven mis amigos y familiares,

que no comprenden el dejar la vida a los aires,

me dicen que necesito un sueño o una meta,

pero solo se me ocurre este feliz poema.

No quiero ser pobre, pero tampoco

un estresado magnate que aporta poco,

a mí lo que me importa es mi alma de poeta,

la gente ignorante me podrá llamar idealista.

Pero yo sé lo que soy, un poeta realista,

así es, soy poeta realista, ¿no me creen?

pregúntenle a mi doctor que encontró

en mi pecho estrofas, comas, y versos.

¿Se preguntarán, de que vive un poeta realista?

pues de trabajo tremendamente insatisfactorio,

ya que la metáfora no es agua, pan, ni pollo,

pero que más da, este es mi destino aleatorio.

Por las mañanas y tardes quizás soy

no más que un afortunado asalariado,

que escribe melosas rimas y razones

debajo de su cobija durante muchas noches.

Lo único que le pido a Dios es paz y salud,

pronto me iré de viaje a un desconocido ataúd,

pero por mientras disfrutaré vida simple en poesía,

con una taza de café y maravillosas melodías.