Diario (26 julio 2024)

Matias 01

Ya no pueden asirse fácilmente de mi materia

desde que escribo -murmura-

Ya no puede seducirme la soledad

con su piel oscura, su vientre suave y su boca

de mármol…

 

Ya no es posible perder el equilibrio, caer más

cuando uno está caído.

¡Déjala! -le dicen.

Ya no es posible dejarla, ya se ha ido -responde.

 

Ya no tengo a donde ir. Me provoca mucho estar

en este lugar devastado   

donde se han juntado todos los desahucios.

¿Esto es maldad? -se pregunta- ¿esto es rendirse?

 

Todo ese color gris azulado, es como el eco

de un golpe mortal

penetrando la mirada, es el tiro de gracia a los ojos

de un ser aislado

que está humeando su cigarrillo, intentando

hallar el rastro de un alma en el cielo de la noche,

en el corazón del universo

 

Cierta noche, de todo ese letargo el viento frío

condensó una extraña gota de agua,

cristalina,

que rodó, resbaló y voló con el aire

como luciérnaga sobre bosque oscurecido

hasta chocar con una piedra del jardín rocoso,

abandonado.

 

Como si naciera de lo profundo de una galaxia

olvidada, 

de ese golpe surgió una luz

atravesando a todas las sombras acorazadas

de la noche.

La gota de agua se hizo mar hirviente

y por un instante el desierto se hizo paraíso

de flores, surgiendo de ella

una criatura sonriente, desnuda de cuerpo entero

y cabellera desatada como sirena.

 

Esa sombra aislada, ese muerto viviente abrió

la boca

para decir algo, un nombre,

y solo cayó de rodillas sobre la hierba seca,

con los ojos abiertos, alzados, intentando levantar

las manos para tocarla y alcanzarla.

 

Aquella criatura resplandeciente con el rostro

de su amada sonreía con los ojos

y con todo su cuerpo le decía: ¡Ya es hora!

Y sintió la vida de nuevo, como si trascendiera

sobre el aire,

como ave feliz, liberada de su jaula, en su vuelo

otra vez,

sobre el abismo…

 

Todo fue en un instante largo, de luz perene.

 

Solo se sabe que al día siguiente fue hallado

tendido en el jardín

sobre hierba florecida, como si aún durmiera

plácidamente

con una media sonrisa en el rostro y fuera feliz

ingresando al sueño eterno.

 

Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos


Comentarios +

Comentarios1

  • jvnavarro

    Un diario que infunde a su lectura, es poesía y de ella se desprende que está viva
    Un saludo



Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.