Soy tu pilar del anhelo de sueños y cobijas,
pilar ferviente de cuatro paredes,
sólido y seguro, reforzado por el clavo remendón
que guarda cada una de tus ideas.
Como ese pategallina, firme en tres patas,
nos enseña a mantener el equilibrio,
en el mundo tan tornadizo
como una escuela, un vaso, una sílaba, una espiga.
Pero, ¿qué hacemos con el reloj
que aún no marca las horas
en tu sonrisa tornasolada?
Las manecillas rotas, el espacio que abre,
un portal al infinito de las cosas venideras.
Siento el clamor celeste al contar mis estrellas,
cada una, un bisbiseo de querubes estelares,
eco de alegrías y lágrimas en el tiempo.
Yo, tu pilar de anhelo,
me esfuerzo para que el áspero
concreto no desgaste mi piel,
mientras permanezco
como el valeroso guardián de tus sueños.
Como el chilote, cuya luz amarilla
ilumina persistentemente,
brilla en la oscuridad de la incertidumbre,
ofreciendo un fulgor naciente de eternidad.
Ivette Mendoza Fajardo
- Autor: Ivette Mendoza Fajardo (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 26 de julio de 2024 a las 21:39
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 16
- Usuarios favoritos de este poema: Tommy Duque, jvnavarro, alicia perez hernandez, Mauro Enrique Lopez Z.
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