Trasegando entre las velas...

Trasegando entre las velas...
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Entre barcas vi al amor
trasegando entre las velas,
buscaba dentro de ellas 
aquel rostro que pinté,
en una noche sin luna
a la luz de las candelas,
que brillaban en tus ojos
dando envidia a las estrellas.
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Tu lengua hurgaba silencios
mientras tus ojos callaban,
buscaba tu boca el medio
de perseguir a mis labios
que ansiosos ya de tus besos
por tu cara resbalaban.
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Apasionados mis dedos
en frenética carrera
buscaban la curva recta
de tus pechos a mis manos
y al alzar la vista al cielo
pude ver una pardela
perseguida por albatros,
tal como el amor persigue
a quien desea en sus brazos.
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Entre barcas vi al amor
trasegando por las velas
buscaba un rayo de sol
para iluminar la estela,
haciendo el camino fácil
al marino que regresa
con el macuto cargado
de sueños para su reina.
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Y tú y yo en aquella barca
con la luz de tus candelas
vimos florecer las rosas,
mientras el amor buscaba
trasegando entre las velas
y los albatros volaban...
persiguiendo a las pardelas.
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Poeta
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Cuando la escritura es capaz 
de ir pintando imágenes en la mente del lector, 
tal cual va leyendo, 
deja de ser escritura para transformarse en magia. 
Debe ser el escritor un mago 
para que sus letras dibujen en el viento 
las imágenes que guarda en su chistera. 
Eso es poesía.
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Nadie será poeta,
si tan solo otea el horizonte
con los ojos de la cara.
Nadie será poeta,
si no se cayó algún día
en la marmita donde se cuece el delirio.
Nadie será poeta,
si no hace suyos
los sentimientos que arrastra el viento.
Nadie será poeta,
si nunca libró, batallas contra el amor.
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Mercedes Bou Ibáñez