Nunca me perteneciste,
al menos no físicamente
pero me pertenecías a pedacitos.
Cada mirada tuya que susurraba un "Te quiero”,
era mía.
Cada abrazo tuyo que gritaba "Quédate”,
era mío.
Cada beso tuyo que decía "Me encantas”,
era mío.
Y cada momento dónde tu cuerpo con su aroma
me llamaba "Ven, acércate”,
también era mío.
Cada pedacito, cada instante contigo.
Todos eran míos.
Me pertenecían, sí, pero sólo mientras los vivía.
Después, esos pedacitos volvían a ti
y me entregabas otros más.
Ahora, ya no hay más para mi.
No te preocupes, lo he entendido:
esos pedacitos que endulzaron mi vida,
esos que me dieron calor,
esos que me hicieron vulnerable,
esos que me dieron más vida
ya no están y más tampoco habrán.
Solo quedo yo
sin pedacitos tuyos,
pero me quedo con los pedacitos que te di.
Esos pedacitos de los que tú fuiste dueña,
esos que intercambié contigo por instantes,
esos que se nutrieron de tu presencia.
Esos pedacitos han vuelto a mi
y me reconstruyen: soy pedazos de vidas, otras vidas.
Y ahora soy pedazos de tu vida, mi vida.
- Autor: EberB ( Offline)
- Publicado: 29 de julio de 2024 a las 19:34
- Categoría: Amor
- Lecturas: 16
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez, Pilar Luna, Sergio Alejandro Cortéz
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