Mascado y aventurado en el vaivén de las olas,
Eneas espumea, de mente sola, ardiente, cargado de deseo,
junto a Morfeo, el más feo, que en su diente porta un trofeo.
Mutado en navío errante, tarareando luz que tarda mil años,
daños de hogueras vacías, en consonancias resonantes,
despliego mi velamen, buscando el rumbo en mares inciertos.
Borrega nocturna, colega de estrellas sorprendida,
que en la oscuridad suscita sueños enredados,
como un eco lejano en el horizonte, en el borde de la razón.
¿Es la inocencia que acaricia la consciencia,
o la fragancia oculta que envenena la mente?
Navego entre momentos excelsos, buscando la esencia
en los rincones asombrosos de tus murmullos.
Me encumbro en la cumbre de tus rumores,
portador de tus olores dorados, tan valiosos como efímeros,
melodrama en ramas dulces, cabalgando distancias insondables.
Sin saber dónde me encuentro, qué emoción persigo,
en qué revolución de tu ausencia me revelé,
persigo la sombra de un sueño, como el galgo
que persigue la nada en esta encrucijada.
- Autor: Ivette Mendoza Fajardo (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 31 de julio de 2024 a las 10:57
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 33
- Usuarios favoritos de este poema: Santiago AlboHerna, Pilar Luna, Mauro Enrique Lopez Z., jvnavarro
Comentarios2
me gusta mucho como escribís Ivette, bello poema qerida, gracias
gracias, saludos.
precioso el poema
un saludo
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