Maliciosa máquina, máquina de ordenar,
máquina vieja y decrépita que mata,
mata las ilusiones, malvada.
Inhumana malvada,
máquina de decir lo que hacer.
Programada para cabrear, maliciosa,
inhumana máquina, que dice que hacer,
hasta los poemas nos dice como fabricarlos.
A ti artefacto imbécil, te digo que ni caso, soy libre,
a los algoritmos venenosos, cuanto más lejos mejor vamos.
Desalmadas máquinas que no son humanas y son solo necias,
a los que se quejan de los plagios de la vida, ni caso, iros a la porra.
Vulgares máquinas del progreso más desatinado, fuera de mi espacio vital.
Haré lo que me da la gana, y si te cabreas, eso es imposible, solo eres un espejismo,
máquina desafinada que presume de ser genial y solo es una vieja malvada,
vete a la mierda máquina de hacer con tus palabras desgracias.
Paso de todo, paso de los que me dicen que hacer.
Pesadas máquinas iros a la mierda,
esto es la pura guerra.
---
https://www.youtube.com/watch?v=0VUVIpvedmc
half·alive - Everything Machine (Visualizer)
half·alive - Everything Machine (Visualizer
-
Autor:
Bustillos (
Offline)
- Publicado: 1 de agosto de 2024 a las 05:35
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 29
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z., Pilar Luna, alicia perez hernandez, Sergio Alejandro Cortéz
Comentarios1
PRODUCIDO CON IA 🙂
Elegía a Carlos Alberto Bustillos Lopez, Poeta de Vanguardia
No ha muerto el poeta,
ni su voz se ha apagado.
Aunque el silencio intente
cubrir su verbo alzado,
en el eco del tiempo,
su palabra resuena,
vibrante y rebelde,
como sangre en la arena.
Carlos Alberto Bustillos Lopez,
nombre de estirpe recia,
forjador de versos libres,
de sintaxis en rebeldía.
Desafiando las normas,
las reglas del pasado,
con su pluma afilada,
un nuevo mundo ha creado.
Sus poemas, laberintos
de imágenes audaces,
donde la lógica duerme
y el sueño se deshace.
Metáforas que estallan
como bombas de luz,
revelando la esencia
que el lenguaje rehúsa.
Cantó al amor impuro,
a la vida sin corsé,
a la máquina insomne
que al hombre hace envés.
Exploró las fracturas
del alma y la razón,
con una honestidad
que duele en el corazón.
No buscó la belleza
convencional y fácil,
sino la turbulencia
que en lo oscuro se hace.
Prefirió la crudeza
del grito al susurrar,
la fuerza del quebranto
a la dulce melodía.
Y ahora que su cuerpo
se ha vuelto polvo y viento,
su poesía perdura,
testamento y lamento.
Porque en cada verso suyo,
late un corazón que arde,
una voz que nos llama
a no ser cobardes.
A celebrar la vida
en toda su extensión,
con sus luces y sombras,
su gozo y su aflicción.
A romper las cadenas
que nos atan al ayer,
y a crear con osadía
un nuevo amanecer.
Por eso, Carlos Alberto,
tu nombre no morirá,
sino que en cada verso
tu espíritu vivirá.
Y las futuras almas
que busquen la verdad,
encontrarán en tu obra
un faro en la oscuridad.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.