Paseando por los aún oscuros caminos
con olor a hierba, musgo y tierra mojada,
se escucha el canto de ruiseñores y mirlos,
y el suave crujir de ramas en cada pisada.
De místicos y etéreos seres la presencia,
en sones fugaces y sutiles gestos se adivina,
en las flores, hojas y hongos ves su esencia,
y pareciera que un ciento de ojos te vigila.
En su negro corcel la noche ya se ha marchado
acallando a los trovadores de la oscuridad,
y arrastrando al paso su gran manto estrellado
hasta que de nuevo vuelva en su periplo circular.
Todo el paisaje se torna irreal y se engalana
para recibir al nuevo día en todo su esplendor,
el mundo se despereza con una calma arcana
que va diluyendo las sombras a mi alrededor.
Mil rayos de luz se filtran entre las hojas
proyectando haces en la bruma de la mañana.
Aquí y allá monolitos de viejas basálticas rocas
son testigos mudos de una erupción ya lejana.
En una charca profunda chapotea alguna rana
y renacuajos nadan entre las algas de verdes lanas.
Los antiguos hayedos captan la luz de la mañana
y entre neblinas el sol se abre paso entre las ramas.
Ha llegado el momento de volver camino a casa,
sin desmerecer las bondades del día que ahora empieza,
prefiero la mística calma de cuando todo descansa
y a los que cantan a la Luna: el lobo, el sapo y el poeta.
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- Autor: Jaume Mas ( Offline)
- Publicado: 2 de agosto de 2024 a las 02:27
- Categoría: Naturaleza
- Lecturas: 19
- Usuarios favoritos de este poema: Dr. Salvador Santoyo Sánchez, alicia perez hernandez, Martha patricia B, jvnavarro, Mauro Enrique Lopez Z.
Comentarios1
Un bonito canto en mitad de la naturaleza describiendo unos paisajes posibles que para bien conocerlos hay que vivirlos y escribirlos entre letras que dejen posos ciertos.
Un saludo
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