Es viernes y algo interfiere
en lo que hago.
Ahora mismo
solo muevo los dedos,
solo pienso,
solo digiero mis sentimientos,
solo analizó mis ideas,
solo me dejo llevar de un mordisco
por el gusto
de los melocotoneros en flor
y el sabor en ellos mismos
de esa pulpa sabrosa
que en la boca recuerda
la miel que bebían los dioses
mientras morían sus héroes
en batallas sin fundamento aparente alguno.
Y es que ahora mismo acaba
de irse el silencio
por estos espacios míos
Y es que he puesto la lavadora
y gruñe.
Saca ella lo que puede
de la suciedad
que impregna
todo lo que dentro de un tambor
se convierte en melodía,
ya quejido,
que me produce sensaciones
que van
de un punto a otra punto,
de una Vía Láctea
que termina en un tetrabrik
de un frigorífico.
Mientras la lavadora gira
y sigue con su tono
rumbero castizo
quiero que todo esto acabe
para tender la ropa,
beberme una copa de vino
y comenzar el día
con la mente puesta
en ese destino
que solo se sabe conquistado
para cuando ves el mar
a tus pies recogido
y la arena sirviendo
de mullido colchón
sobre el que dejar descansar
el cuerpo que arrastramos de continuo.
- Autor: jvnavarro ( Offline)
- Publicado: 3 de agosto de 2024 a las 03:32
- Comentario del autor sobre el poema: Cualquier cosa sirve y en este caso los ruidos de una lavadora se han convertido en fuente de inspiración. Todo tan genuino en un viernes tranquilo de más y más televisión; de más estar en familia y de tantos alivios, que con las primeras luces del día uno era ya como un mochuelo intentando con sus ojos llenarse de vida. Los ruidos de las lavadoras dependen del tipo de programa que se ponga; de la ropa que se introduzca en su tambor y de tantas variables que me he quedado un largo tiempo contemplando hasta allí donde el centrifugado se convierte una especie de Opera prima, con sus diferentes intensidades. Solo faltaba el público en este teatro de la vida tan gratuito que puedo decir que el que se aburre es porque quiere. No hay tiempo para el descanso ni para la melancolía ni para las soledades de puño cerrado, ni para los silencios distraídos. En estos lugares del mundo, con los edificios con sus ventanales abiertos a la vida, se vive tan en solidaridad con aquello que nos es cotidiano y recibido, que faltan horas para poder explicar que es lo que se hace y en que es lo que se pierde uno. Hágame caso coja cualquier cosa que tenga delante y comience a escribir y hacerse preguntas seguro que se divierte de lo lindo.
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 35
- Usuarios favoritos de este poema: Tommy Duque, Santiago AlboHerna, Texi, Mauro Enrique Lopez Z., José López Moreno., EmilianoDR, Patricia Aznar Laffont, Antonio Reina Moreno, Pilar Luna, MISHA lg, alicia perez hernandez, 🎅🌲María García Manero 🌲🎅, David Arthur
Comentarios12
sobre el que dejar descansar
el cuerpo que arrastramos de continuo." este último verso una genialidad, gracias
Gracias amigo. Un saludo fuerte
Un saludo, cuidado con la lavadora y buen finde
Ruidos que nos vuelven a la realidad del diario vivir poeta Jvnavarro narrado desde un electro domestico .
Puro ingenio.
Gracias y saludos.
Un saludo amigo
Enorme poeta sólo el ruido de una lavadora y vos pueden crear este poema maravilloso, en donde con la mente puesta en el destino y sin silencios distraídos. el versar se vuelve catártico e inmola a las almas perdidas.
Inmensa poesía, José querido.
Muchas gracias Patricia y un abrazo fuerte
Toda una genialidad, te abrazo, poeta.
Muchas gracias, por su comentario y estancia en estas letras
Un abrazo
Hacer arte con la vida cotidiana tiene mucho mérito. Enhorabuena.
Gracias Pilar, un saludo
Desde este momento, cada vez que ponga a funcionar la lavadora, vendrá a mi mente su nombre.
Ingenioso poema inspirado por una lavadora.
Qué envidia me dio lo de los melocotones.
Un saludo y cálido abrazo.
Eso de tener envidia es sano y lo de la lavadora recuerde meter ropa dentro y no como uno que yo se que metió un pollo y todavia lo está buscando
Un saludo y abrazo
No lo olvidaré, jajaja.
Un saludo con cariño.
Gracias y un saludo
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