Cuanto te extraño

Alexandra Quintanilla

Te tengo, 
envuelto en un remolino letargo
que brilla cada noche a través de pensamientos en donde nunca te alcanzo.

En lo lejano, tú envejeces lentamente ahí,
sin mí.
Mientras yo tarareo.
Y es tonto,
cariño, sutilmente torpe, 
seguir aferrándome.
Te lo digo con sinceridad.

En lo alto de esa colina 
que nos iluminaba el rostro.
Tú no has vuelto y yo sigo ahí.
Estoy atrapada en el pasado.
Y sigues llamando.
Y yo no hago más que maldecir en tu nombre.
¡Por Dios!
Deberías de considerar mi estabilidad.

Y yo, 
solo yo.
Ya no soy la misma.
Han cambiado tantas cosas.
Pero yo,
solo yo,
Calló lo que evidentemente guardo.
Pensando a veces en todos los porqués.
¿Por qué cambiarnos?

En la luna 
puede que sí,
sigas pareciéndote a tú yo de antes,
siga yo siendo la misma niña que de tus ojos se enmudecía.
Pero hemos cambiado tanto.
Como cuando las manos me temblaban
mientras hablabas pensando en no sonar como un tonto.
Cariño siempre fue así.

Me envejezco atravesando el tiempo.
Y mis pensamientos rebotan lento.
Y yo, la yo de antes
Tal vez se perdió ahí, en el transcurso de amarte, también yo perdí.
Hice una pausa y, todo lo que quedaba
lo queme.
Para olvidar miedos y no volver a ser nunca.

Pero tú,
sigues diciendo:
Volveré, cariño, prometo que volveré.
Aunque tu voz suene extraño y,
sabes que,
en el transcurso de olvidarte me he lastimado tanto.

Este pueblo, que un día te quiso tanto, no más que yo, te está dejando de un lado.
Y algún día, si regresas, mi estimado amado, puede que ya no me encuentres con la misma inocencia con la que solía decir cuanto te extraño.

Tú no has vuelto y yo sigo ahí.
Estoy atrapada en el pasado.
Y sigues llamando.
Y yo no hago más que maldecir en tu nombre.
¡Por Dios!
Deberías de conciderar mi estabilidad.

Y yo, 
solo yo.
Ya no soy la misma.
Han cambiado tantas cosas.
Pero yo,
solo yo,
Calló lo que evidentemente guardo.
Pensando a veces en todos los porqués.
¿Por qué cambiarnos?

En la luna 
puede que sí,
sigas pareciéndote a tú yo de antes,
siga yo siendo la misma niña que de tus ojos se enmudecía.
Pero hemos cambiado tanto.
Como cuando las manos me temblaban
mientras hablabas pensando en no sonar como un tonto.
Cariño siempre fue así.

Me envejezco atravesando el tiempo.
Y mis pensamientos rebotan lento.
Y yo, la yo de antes
Tal vez se perdió ahí, en el transcurso de amarte, también yo perdí.
Hice una pausa y, todo lo que quedaba
lo queme.
Para olvidar miedos y no volver a ser nunca.

Pero tú,
sigues diciendo:
Volveré, cariño, prometo que volveré.
Aunque tu voz suene extraño y,
sabes que,
en el transcurso de olvidarte me he lastimado tanto.

Este pueblo, que un día te quiso tanto, no más que yo, te está dejando de un lado.
Y algún día, si regresas, mi estimado amado, puede que ya no me encuentres con la misma inocencia con la que solía decir cuanto te extraño.

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