Viene la calma...

Alberto Escobar

 

 

 

Después de la tormenta...
No quiero decir adiós, no
me apetece, y busco atajos,
busco las vueltas a una ley
ya escrita, ya consagrada, 
y busco negociar alternativas, 
y sentarme de frente contra la vida
y que está, sobre la mesa, ponga
bien extendidas las sendas, una
al lado de otra, y escoger la mía,
la que me viene al zapato que calzo,
a la rugosidad de una suela ya harta
de tanto guijarro y tanto polvo. 
Viene la calma...
Lanzo un y tú cómo estás al aire
y recibo pronta respuesta, no todo
—o más bien no nada— es blanco
o negro, nada es puro, inmaculado,
la luz llama a la sombra y sin luz,
sin su herida en lo opaco, la sombra
no tiene cabida en ningún diccionario,
y tengo que aprender a separar 
el grano de la paja y quedarme, sí,
con el grano si este es de la calidad
suficiente como para empeñar mi vida
en su molienda y conversión en pan, sí. 
Me da rabia no ser capaz de introducir
en el caldo de mis conceptos esa criba,
o es todo o no es nada, y lo que sucede
está lejos del maniqueísmo al que la mente,
en ocasiones, nos aboca porque es simple,
y simplifica todo lo que le atañe, y nos da
un resumen erróneo, que no sirve, y sufro
al querer abrir un camino entre tanta broza. 
Voy a ensayar unos versos:
Recojo el guante, la contienda 
se antoja dura, penosa, atrabiliaria,
las espadas en todo lo bajo,
la motivación de lucha, nula, 
los caballos aún no ensillados,
las gualdrapas sin plasmar pintadas
sobre su seda las divisas de mi tropa, 
el enemigo con cara de malas pulgas
espera tras la línea de salida, y la sangre,
ya blanca de putrefacta, espera su desvase.
En medio del camino un espantapájaros
al que derribar primero, y la carrera,
con todo el cargamento encima, rompe
al alba, y llego primero a clavar la punta
de mi lanza en el trapeado torpe del muñeco. 
Le doy la mano al adversario y le deseo suerte. 
Vale. 

Ver métrica de este poema
  • Autor: Albertín (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 8 de agosto de 2024 a las 07:36
  • Comentario del autor sobre el poema: Cuando la marejada es intensa, mejor dejarse llevar por el oleaje y esperar algún madero ocasional sobre el agua.
  • Categoría: Espiritual
  • Lecturas: 17
  • Usuarios favoritos de este poema: Pilar Luna, Lucía Gómez, Alexandra L
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos




Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.