Silueta de espiga delgada,
hombros calmos, piernas mansas,
fuiste como un ombligo tembloroso, en mí.
En el desastre.
Qué lástima que no pude atar tu cuerpo a mi boca.
Pero siempre lo avistaré,
en la consternación de las mañanas,
en las estatuas ebrias de lluvias,
y en la naturaleza que no se encoge.
Crudo pétalo de agua.
Vivo retrato de Dios que respira.
Qué lástima que no hallé otra manera,
de atar tu cuerpo a mi boca;
sino con estas austeras palabras.
- Autor: Nicolás Alejandro Gabriel ( Offline)
- Publicado: 9 de agosto de 2024 a las 09:56
- Categoría: Amor
- Lecturas: 55
- Usuarios favoritos de este poema: EmilianoDR, José Valverde Yuste, Mauro Enrique Lopez Z., Texi, Pilar Luna, alicia perez hernandez
Comentarios5
Crudo pétalo de agua.
Vivo retrato de Dios que respira.
Belleza en palabras menos austeras.
Gracias y saludos.
Muchas gracias por dedicarle tiempo a mi poema. Abrazo gigante
Muy bellas letras con excelentes imágenes que le dan profundidad. Un abrazo con la pluma del alma. Buen día
Qué lástima que no hallé otra manera,
de atar tu cuerpo a mi boca;
sino con estas austeras palabras.
.........
Versos infinitamente bellos, un placer degustar de la mesa que dejas puesta para el lector.
Abrazos y saludos poeta
Bellas letras poeta...
Excelentes letras
Muchísimas gracias por dedicarme tiempo! Es un honor que me leas. Admiro mucho tu forma de escribir. Un abrazo gigante
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