ROMANCE ATÍPICO (MI HISTORIA DE AMOR) CAPITULO 2: PRIMER BESO

Isaac IMOS



CAPITULO II 

PRIMER BESO 

 

El amor es como un universo, es tan hermoso y basto, pero impredecible, genera miedo y curiosidad, todo mundo quiere experimentarlo, pero con la duda y la incertidumbre de perderse en lo inmenso que es. En pequeños reflejos su mirada me expresaba la intención de darme un beso, pero el miedo lo detenía, y comprendo su sentir, dado que yo también lo sentía. 

 

Recuerdo que, en esos días del 2015, estaba indeciso por mi futuro... 

¿Qué quería estudiar? ¿En qué era bueno y malo? ¿Cuál era el siguiente paso?  

Se acercaba la primavera, pero para mí era otro infierno, era esclavo de mi impaciencia y de la toma de decisiones precipitadas. 

Dos años atrás en 2013 había comenzado a estudiar medicina en un semestre de selección, donde tenía que demostrar que era capaz por medio de calificaciones el poder ingresar a primer semestre y declararme, así como un estudiante oficial de medicina.  De ahí se desprende un horror, una maldición pues a mitad del curso, empecé a tener ataques de pánico, ansiedad, no podía dormir ni comer, era un zombi que se atacaba así mismo, mutilando su felicidad con pensamientos, mordía mis esperanzas y caía en una confusión de no entender exactamente lo que me pasaba. Pasaba días en cama aterrorizado, mi mente me hacía tener miedo a lo irracional, como no poder dormir nunca más, volverme loco, me hacía creer que estaba cayendo en una esquizofrenia auto inducida. Lloraba aterrado en las noches y no tenía a nadie a mi lado que me pudiera explicar aún que sea un poco, lo que me sucedida.  

 

Después de unos meses con mucho trabajo y meditación pude salir de ese poso, debido a mi investigación constante de mis síntomas, no podía continuar viviendo aterrado, para lo cual desafié todos mis pensamientos, me puse aprueba en muchos escenarios y me apuñalé mentalmente, “Isaac si vas a morir por pensamientos hazlo, te reto, reto tus miedos, reto tus pensamientos, demuéstrame que es en serio, que eres capaz”.  

 

Yo mismo me di cuenta que solo eran pensamientos, no me estaban haciendo daño, solo tenía que aprender a entenderme y no vivir en un futuro inventado por mi ansiedad, entendí que estos pensamientos intrusivos no lograrían convertirse en una realidad, y poco a poco esa tormenta desapareció y me dejó vislumbrar un poco de luz.  

 

En esa sanación, ya era tarde, pues mi destino como médico no se haría realidad. No era el momento ni el destino, ahora lo entiendo mejor que nunca.  

 

Ese paraíso infernal se atenuó con la presencia de Yael, para cuando lo conocí ya no experimentaba el horror de mis miedos ni tampoco de mis noches en vela. Creí que había logrado apaciguar para siempre mi ansiedad, pero estaba a punto de conocer otro ente interno que nunca logré exterminar. 

 

Después de esa cita tan peculiar al cabo de unos días, logré conseguir trabajo, en lo que me estabilizaba económicamente. En una mañana, justo antes de entrar a mi turno, era aproximadamente las ocho de la mañana, quedé de verme con Yael en un parque cerca de ese trabajo. Recuerdo haberlo esperado en una banca de metal, cubierta de pintura verde, no pensé que fuera a llegar a esa hora, ¿Quién joven se levanta temprano para ir a ver a su amigo a las ocho de la mañana? 

 

En ese punto en nuestras pláticas de Chat, teníamos coqueteos más evidentes, era obvio que ambos sabíamos qué era lo que pasaba, no obstante, no aclarábamos las intenciones, todo era superficial pero intenso, era como si fuera un día nublado con muchos truenos, pero sin llover. En el momento que él llega a ese parque, fue cuando la lluvia inició en mí y envolvió mi corazón en petricor.  

 

Estaba vestido como un soldado, llegó con un pantalón táctico-industrial, lleno de remaches y bolsas militares, botas negras y playera del mismo color. Un “rockero” hermoso y deseable, sus pulseras con picos le venían tan bien, él sabía que era su estilo y lo explotaba con muy buen gusto.

  

Se sentó a lado mío y en la conversación sentía un nervio inmenso, era como si un estadio completo de personas estuviese viéndome, pero no podía distraerme de su mirada, el saber que estaba ahí para mí, hacía que mis ganas de contemplarlo fueran más intensas que todos mis miedos. Pasaron unos minutos, él tenía toda mi atención, pero ya era hora de retirarme a mi trabajo. 

 

En un momento, para mí el viento se detuvo, las personas de al rededor dejaron de emanar ruido, el tiempo hizo una función extraña y me atreví en un lapso tan pequeño pedirle un beso, recuerdo que su reacción fue una sorpresa, sus ojos exclamaban miedo, sus cejas estaban muy levantadas, pero me miró fijamente y tembló su voz al responderme que sí, supongo que sentía miles de miradas. Nos acercamos, sentí sus labios sobre los míos, un torrente de adrenalina me golpeó, puedo describir como mi corazón se aceleró y mis piernas temblaron, sentí lo húmedo de sus labios y su corazón muy acelerado también, mi jubilo era inconmensurable pues estaba logrando conquistarlo y mis miedos ya no importaban cuando él accedió a mí. Probo mis labios, como un novato, con ternura y torpe, pero con mucho deseo.  

 

Ambos ya estábamos haciendo lo prohibido y lo abominable, pero de alguna manera ya no nos importó. Algo que jamás podrá ser cambiado. Sé que ambos lo disfrutamos. Nos besamos en repetidas ocasiones y mirábamos al rededor, para asegurarnos que no nos estuvieran viendo, éramos como niños haciendo travesuras y no queríamos ser descubiertos, el miedo era constante, pero desaparecía cuando nuestros labios estaban juntos; debo admitir que no era un lugar apropiado, pero nos divertimos tanto, y sentimos muchas emociones, podía verlo en su mirada por como sonreía, era una mezcla de nervio y de satisfacción descarada, sus ojos eran luna llena y sus movimientos como si estuviera en un invierno de Alaska y con un corazón de locomotora, éramos cabaña y fuego en unas vacaciones efímeras. 

 

No recuerdo haber disfrutado tanto una mañana como esa, al decir  verdad, odio los días pues el sol me abruma y me quema, me hace sentir observado y calculado, rebela mis sentidos de misantropía.  

 

El apagó el sol en un instante y me abrazó en una noche llena de estrellas, un silencio de paz y una brisa de energía con su aliento. Me regalo su interior con sus labios y para mí era mana, activo mis sentidos y me infecto de sed por él. Todo empezó ahí realmente, en esa mañana a esa hora.  

 

Después de los besos y probables suspiros nos tuvimos que despedir y como cómplices de un robo, nos estrechamos la mano, nos dimos un abrazo, lo observe caminar por un rato mientras me daba la espalda y recuerdo su particular forma de dar pasos, era como si cojeara del pie izquierdo, se me hacía tan tierno, no puedo expresar mi sentimiento cuando lo vi caminar con atención, creo que ese fue uno de los primeros y singulares detalles que vi en él. No era un detalle negativo realmente me mato la ternura. 

 

Llegue a mi trabajo siendo un nuevo yo, no podía quitar de mi mente su mirada, era un secreto, pero sé que mi semblante era de un triunfador que rebelaba victoria.  

Que día tan especial e inolvidable, Yael innovó mi repertorio de sentimientos, y yo estaba inquieto de querer volverlo a ver.  El día se acabó y llegue casa, guardándome la travesura, mi madre no detéctelo ninguna señal. Para media noche estaba costado viendo el techo, escuchaba la música que Yael me recomendó en nuestras pláticas iniciales, estaba en mí una chispa, dentro del folklor, las guitarras y las voces sopranos que escuchaba, era como si Yael me dedicara esas melodías, me di cuenta que el inicio una historia nueva en mí. Era imposible que no pensara en otra cosa. No sé cómo logre dormir esa noche.  

 

En mi familia no sabían que era gay para ese momento. Me daba gracia cuando me preguntaban por novias o chicas, jamás pensaron que su diablo ya tenía a un demonio y planeaban lo antinatural.  

 

  • Autor: Isaac Imos (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 10 de agosto de 2024 a las 00:34
  • Comentario del autor sobre el poema: Eramos dos pequeños demonios aprendiendo qué es el enamoramiento, irracional pero reactivo como la polvora. La historia puede estar sujeta a cambios, dependera si olvide poner algo importante. Pueden preguntar cualquier cosa estoy abierto a comentarios.
  • Categoría: Amor
  • Lecturas: 14
  • Usuarios favoritos de este poema: Vogelfrei, alicia perez hernandez, Mauro Enrique Lopez Z.
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos




Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.