Todas las naciones los odiarán por causa de mi nombre (Mat. 24:9).

En el vasto tapiz de lenguas que viste a la humanidad,

se teje un mensaje de esperanza, extendido con fervor y afán.

Desde el alba de Babel, donde nuestras voces se multiplicaron,

ha habido un anhelo, un eco divino, que nuestros corazones han tocado.

Con el apoyo de Cristo, el mensajero de paz y amor,

se difunden las buenas nuevas, como palomas que al cielo ascendieron.

A través de mil idiomas, en cada rincón y cada color,

las palabras de vida eterna, a todos los pueblos han llegado.

Como un río que fluye, incesante y generoso,

la sabiduría antigua en nuevas lenguas se ha vertido.

El libro Disfrute de la vida, en dialectos numerosos,

abre puertas a la verdad, en cada corazón escondido.

El Cuerpo Gobernante, con visión y con cuidado,

ha permitido que la traducción a las masas sea llevada.

Para que cada alma, en su propio idioma amado,

encuentre el camino, la luz, y la entrada.

En jw.org, un faro en el ciberespacio,

se congregan textos sagrados, en armonía y en gracia.

Más de mil lenguas, unidas en un solo abrazo,

proclaman el mensaje del Reino, sin barrera ni frontera que los separa.

Así, el obstáculo de Babel, con amor se ha superado,

y el mensaje divino, como semilla en tierra fértil, ha germinado.

En cada lengua, en cada labio, el amor se ha declarado,

y el mensaje del Reino, por todo el mundo, se ha propagado.

Que cada palabra, cada verso y cada oración,

sean puentes de entendimiento, de fe y devoción.

Que en la diversidad de nuestras voces, encontremos la unión,

y en el mensaje del Reino, hallamos nuestra salvación.