LAS ILUSIONES PERDIDAS.

LAS ILUSIONES PERDIDAS

En el silencio de mi hogareña soledad pretendida,
repaso sin prisas nuestra historia de amor vivida.
Observo tu rendida figura sobre la cama tendida,
en una sutil alucinación, que se me está permitida.

Cuantas cosas podría contar, esta cama hoy vacía,
pero que otrora, tan llena estuvo de ti, vida mía.
Toda la felicidad que allí gozamos, en ella no cabía,
un bienestar volátil, que por toda la casa se repartía.

Son tantos los sueños que allí criamos sin prudencia,
y todos los elevamos con sensible y tenue videncia.
Nunca hicieron buena mezcla lo espiritual y lo realista,
siempre eché en falta tener dotes… de psicoanalista.

El amor, ilusiona y adormece, y es la cruda realidad…
la que estimula y que adiestra el clima de la verdad.
¡Cuántas torres levantamos en nuestra arena privada,
los mismos castillos caídos de manera más frustrada!

Debo pedirte perdón, por todo el tiempo perdido,
soñar lo inalcanzable, me tuvo un periodo rendido.
Fue fugaz y muy sincero nuestro recordado amor,
sabiendo ambos, que pudiera ser descorazonador.

Hoy, vuelvo a estar solo, como lo estuve anteayer,
con la pena del amor perdido, que ya, no va a volver.