A priori el calor se tornaba
despacito a mis pies,
como venido a menos.
Como si ensanchara la
nostalgia pastoriza,
de los gerundios, que
abandonó otro día la poeta
mayor.
Pero vestía el cielo una
mañana de octubre
y no era frío ni el silencio tuyo,
ni los estrepitosos
ruidos
del diccionario a mi
costado.
En Santiago se atendía -con
buenos ojos-
el arribo de los colores a una
vanguardia predestinada
desde
la
primavera enhiesta en su
decoro,
la
rosa más azulada
y el final de la grisácea...
soledad.
- Autor: Omar Alejandro Flores ( Offline)
- Publicado: 14 de agosto de 2024 a las 01:10
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 42
- Usuarios favoritos de este poema: Lincol, Mauro Enrique Lopez Z., racsonando
Comentarios2
Precioso poema. Es grato leerte y gracias por compartir tus sentires con nosotros.
¡Saludos!
Agradecido, poeta.
Saludos.
Oh que hermoso poema , encantada me quedo , saludos.
Gracias Violeta por tu lectura y generosas palabras.
Saludos.
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