Una zalamera zarrapastrosa
esclava de lengua y boca,
con tantos hombres ha encamado
que su hueco en el colchón
han tatuado.
Si los ojos reflejan el alma,
no tienes ninguna dentro;
esos ojos negro azabache,
sin vida, sin color, sin alegría,
miran a todos con despecho.
Con despecho, y bien despechada,
altanera de profesión,
ramera de condición,
nunca estás desocupada.
Una princesa del diablo;
maestra de la prepotencia,
que muestra muy contenta
su falta de inteligencia.
- Autor: Andrea16 ( Offline)
- Publicado: 16 de agosto de 2024 a las 08:38
- Categoría: Humor
- Lecturas: 6
- Usuarios favoritos de este poema: EmilianoDR
Comentarios1
Princesa endiablada en este poema redimida.
Gracias y saludos.
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