no sé

¿Por qué tu forma curvilínea y prolongada me fascina a tal punto de querer morir por él solo en las noches de luna? tontamente imagino que con canciones melancólicas y poemas infinitos desde el fondo de mi alma volverás. De lejos tu sutileza se imagina por sí sola y existe, de cerca los cráteres en tu piel sobresalen, los puedo sentir, los quiero besar, los recuerdos ya son difusos se perdieron el hoyo de sentimentalismos absurdos que parece que no siento, que parece que no escuchas, suenan con más intensidad las ambulancias proclamando la muerte de un amor que no responde a signos vitales que no tiene esperanza de vida porque se perdió; no hay refrán que nos salve, porque alteraste las normas del lenguaje a tu favor, en mi contra;  las palabras no me salen, se escurren de las manos, se me salen por los ojos, patalean pero no avanzan, se quedan sin aire se tragan el humo, buscan incesablemente el final del inmenso mar pero vos no estás ahí, vos estás en la realidad alterada de mis recuerdos, en la banca de concreto de aquel parque bajo la lluvia, debajo del árbol de hojas frágiles, en tu cuarto oscuro claro, en la parada del castillo desolada un domingo de atardecer, en el camino de regreso a casa, en las palabras sarcásticamente hirientes de tus filosos y sensitivos labios, dentro de mis sueños eróticos y blancos, en tus anécdotas transitorias de la vida, en el libro de recetas que me diste, en el vacío abismal de palabras que me dejaste, en el último día que me besaste.