MI AMOR DE OTOÑO, COMO MAR EMBRAVEC

En el movimiento esta mi estabilidad, también, la calma y el sosiego ya que cuando me veo al espejo, en mis ojos se dibujan tormentas huracanadas. Mi alma parece en calma, porque siempre he desconfiado de las aguas mansas, que solo esconden las ansias de una pasión escondida por desatar, como mar enfurecido esos anhelos que el corazón trata de calmar y en sueños su mar se desborda en el malecón del amor.

 

La dialéctica del amor desconfía de la calma y predice que debajo de las aguas mansas de un lago se esconde la furia de Poseidón, un mar en calma es un carro frenado y acelerado. Es un rostro sereno y un corazón, revuelto y el pensamiento como marea revuelta, como tormenta, que solo esconde la calma de una espera, Un amor en calma, es un toro de lidia dormido; la pasión del tiempo, que espera.

  

Mi amor, tu amor. El nuestro, en su aparente calma, es esa parte del cielo nublado que traspira rayos, que se adueña del bolígrafo del poeta y la palabra no espera y hace de la pequeña chispa un gran incendio. Es por so que un amor así, puede ser cielo, infierno, cataclismo o simplemente un jardín del edén, espejo de los deseos de su creador, sin culpa ni pecado, ni absurdos frutos prohibidos… Es como la calma.

 

En el jardín de mis deseos soñados, siempre estas Tú, en calma, impasible, con esa templanza que esconde tu deseo de llegar a estos brazos, de volar, experimentar esa locura que siempre has deseado y trascribes como la calma que espera un viento que dirija tus velas a puerto seguro. Sabes que eres esa promesa, esa estrella que el universo puso en mi cielo para alumbrar mi camino. Que pronto vendrás a Mí.

 

Ven, prenda del alma. Viste tu alma con tu mejor vestido. Ven en la calma de una lluvia suave, en la furia de un mar embravecido, en el desdén de un verso, en el deseo de aquel beso que nos debemos, luego en silencio, vete despacio como madrugada, para que el dolor no pase por mi guitarra y desate esa tormenta de nostalgias, que esconde en sus cuerdas. No dejes que esta vez, que el desamparo r vuelva a ganar.

 

LENNOX

EL QUETZAL EN VUELO