En el vasto tapiz de la fe, cada hilo se entreteje con cuidado,
siguiendo el diseño de un gran tejedor.
Las instrucciones divinas, como estrellas en la noche,
guían a los fieles en su viaje, ofreciendo luz y dirección.
Los ancianos, sabios y serenos, mantienen el rebaño unido,
con la palabra y el ejemplo, su amor nunca escondido.
En tiempos de calma o en la tempestad,
son faros de esperanza, de caridad y verdad.
La obediencia, un eco del pasado resonante,
es un acto de confianza, humilde y constante.
Como los primeros cristianos, dispersos pero fuertes,
los hermanos de hoy, en su fe, encuentran su norte.
Aunque las catástrofes sacudan la tierra,
y los conflictos agiten las aguas de la vida,
la comunidad persevera, con resiliencia da certeza,
que la fe y la esperanza son su eterna fortaleza.
Los desplazados, aunque lejos de su hogar,
en la palabra hallan consuelo, un nuevo comenzar.
La predicación, su misión sagrada,
les recuerda el Reino, su promesa esperada.
En la proclamación de las buenas nuevas,
encuentran un propósito, una alegría que renueva.
El Reino de los cielos, su meta y su guía,
les otorga paz, en cada nuevo día.
Así, en la comunión de los fieles y devotos,
se teje una historia de resistencia y de anhelos.
Un mosaico de almas, en armonía y en paz,
unidos en su esperanza, en su divino andar.
- Autor: Yeshuapoemario ( Offline)
- Publicado: 20 de agosto de 2024 a las 07:28
- Comentario del autor sobre el poema: Sométanse a toda creación humana (1 Ped. 2:13). La organización de Jehová nos da instrucciones para protegernos. Con frecuencia nos recuerda que les demos a los ancianos nuestros datos de contacto actualizados para que ellos nos puedan localizar en caso de emergencia. Quizás la organización nos dé instrucciones para quedarnos en nuestra casa, evacuar o conseguir suministros de socorro. O puede que nos diga cuándo y cómo ayudar a los demás. Si no obedecemos, podríamos poner en peligro nuestra vida y la de los ancianos, que cuidan de nosotros (Heb. 13:17). Por culpa de las catástrofes o los conflictos sociales, hay muchos hermanos desplazados. Ellos hacen todo lo posible por adaptarse a su nueva situación y retomar enseguida las actividades teocráticas. Siguen “declarando las buenas noticias de la palabra”, tal como hicieron los primeros cristianos cuando fueron esparcidos por causa de la persecución (Hech. 8:4). La predicación los ayuda a pensar en el Reino, no en sus problemas. Así conservan la felicidad y la paz. w22.12 19 párrs. 12, 13
- Categoría: Amor
- Lecturas: 21
- Usuarios favoritos de este poema: Antonio Pais, La Bruja Irreverente, Mauro Enrique Lopez Z.
Comentarios1
horrendos sucesos de esa persecucion vivida, muy cierto.
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