En la noche oscura, donde los sueños se esconden,
En la selva profunda, donde las sombras se tienden,
Se escucha un lamento, un gemido que hiere.
Es el Güillanguille, un alma que sufre.
Con ojos de lucero y piel de cristal,
Buscó en la noche, sin rumbo ni paz.
Murió sin bautizo, su alma en tinieblas sumida.
Condenado a vagar, sin paz ni vida.
Quien lo escucha, atraído por su llanto,
Se acerca con miedo, pero sin espanto.
Pero al mirarlo, sus ojos se tornan rojos.
Y una risa macabra reemplaza su sollozo.
De querubín celestial a sombra tenebrosa.
Su llanto desgarra el alma, causa horror y pavor.
En su voz, un lamento eterno, un anhelo profundo;
busca el perdón divino, un descanso en el mundo.
Lejos de sembrar el caos, anhela encontrar consuelo.
En las sombras de la noche, busca un nuevo cielo.
Con voz suplicante, pide un alma pura.
Que lo bautice y lo salve de su oscura locura.
Gonci
- Autor: Gonci (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 21 de agosto de 2024 a las 03:03
- Categoría: Fábula
- Lecturas: 23
- Usuarios favoritos de este poema: jvnavarro, Antonio Pais, Berta., Mauro Enrique Lopez Z., Sergio Alejandro Cortéz, Gonzalo Márquez
Comentarios2
Hermosa historia poetizada entre mil sabores a leyenda que seguro que en algunos es algo parecido a una parte de sus vidas
Un saludo amigo
Gracias, si tiene buena acogida, subiré unas cuantas más que tengo, ya hechas, mientras investigo algunas otras.
Un saludo.
A. Mi lo propio y mítico me encanta
Un saludo
No hay como la fantasia si te permite viajar por lo desconocido.
¿Qué sería de la vida sin fantasía?
Saludos cordiales
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