Me retiro.
Mi cabeza está en llamas
y no creo poder tolerar
tanto oxígeno.
Tampoco creo poder regresar.
Siento que la piel
se vuelve escama
y no puedo parar
de llorar en la cama.
No me mires a los ojos,
que si me muero de dolor
será por ver mi rostro
en el reflejo de tu mirada.
Y aunque quiera cerrar
los míos,
te mirarán siempre;
al final de cuentas,
la gula
es un pecado
y ya estamos cansados
de alimentar nuestras
mentiras.
Dentro de mi pecho
vive un mago
ebrio y vago,
que libera hechizos
sin pensar lo confuso
que puede llegar a dejar
a mi mirar.
Me retiro.
No creo poder seguir
siendo el único muñeco
con cabeza,
Ni la única nube
que no llora.
El mago,
mi mirada,
mi llanto
y yo,
seremos el reposo
de este fracaso
que, sí, morirá
en un pozo…
- Autor: Nico (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 23 de agosto de 2024 a las 03:09
- Comentario del autor sobre el poema: El cansado no piensa en lo que dice, sus disparates cuentan verdades que, más pronto que tarde, se desvanecen. El cansado está, justamente, agotado de dar explicaciones... ahora, solo quiere dormir.
- Categoría: Triste
- Lecturas: 35
- Usuarios favoritos de este poema: José Valverde Yuste, Antonio Pais, Pilar Luna, Vogelfrei
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