Pasado, presente y futuro

Se acerca el pasado solo a reprocharme los hubieras.
Me recuerda los desaciertos y de porque no es feliz.
Aún llora cada noche porque sabe que no hay nada que hacer para cambiar.
Y solo se queda un paso atrás, observando como me alejo más de él.
Se siente rechazado, olvidado.
Por eso a veces vuelve pregonando que sigue ahí justo atrás del hoy.
Ése hoy que me mira decepcionado porque no lo disfruto, no lo aprecio.
Lo estoy viviendo casi a ciegas a un ritmo exagerado. Donde todo es para ayer. Se siente desplazado por el mañana y atado un a pasado que no puede cambiar.
Está ahí inmóvil solo viendo como lo suelo desperdiciar, como lo dejo pasar, como si no fuera importante, como si no valiera nada.
Está ansioso de que en verdad lo viva.
Quiere estar despierto, no quiere dormir porque quiere vivir lo sueños no soñarlos.
Quiere que descubra que es un regalo que pocos se atreven a desenvolver.
No quiere que espere mi cumpleaños, navidad o una fecha especial. Quiere ser un pasado feliz, un recuerdo añorado. Más solo está ahí muriendo constantemente.
Y a decir del futuro, él que siempre me viene con promesas. Parece un político perfumado y bien vestido.
Me hace propuestas, me da nuevas ideas, nuevos sueños, nuevas ilusiones.
Por supuesto no le creo, así es siempre, todo lo pinta tan bonito.
Y sí, quisiera creerle todo cuanto me cuenta. Muy en el fondo deseo que todo esté mejor.
Pero también sé que hay una probabilidad de que no exista
que sea un espejismo en el que me pierdo a veces.
El mañana solo intenta apurarme con lo de hoy. Me presiona intentando que lo viva antes de tiempo.
Sabe que poco a poco se consumirá en pequeños TIC TAC y se hará un hoy y después un ayer.
Sabe que él es diferente y cree que puede ser mejor.
No le reprocho, solo lo miro consumirse de cansancio por querer dejar de ser lo que es.