En tus ojos, chica,
la noche se tiñe de acero,
espejos de un río oscuro
que no conoce fondo ni cielo.
Tus pupilas, fraguadas en sombras,
portan el peso de inviernos viejos,
como estrellas que olvidaron
la calidez del sol en sus reflejos.
De tu mirada brotan
puñales de luna perdida,
en su filo encuentro el frío
de un misterio que avasalla y anida.
En esos ojos, insondables,
se esconde la herida del tiempo,
un abismo que invita al silencio,
donde muere el aliento,
donde se acalla el lamento.
Tus ojos, acerados y fríos,
donde el tiempo se detiene,
donde las estrellas, temerosas,
se apagan, se ocultan, se mueren.
Son ventanas a un pasado
que la memoria no quiere escribir,
donde el eco de antiguos dolores
resuena, sombrío, sin fin.
En ellos veo la tristeza
que el alma no quiere decir,
un abismo forjado en sombras,
donde el amor se aprende a sufrir.
Y en esos ojos que callan,
que todo lo saben, lo ven,
se dibuja un rastro de pena,
una historia que nunca se fue.
Acerados, como puñales,
rompen la piel del destino,
y en su brillo ausente,
me pierdo, me encuentro,
y al final, me desvanezco.
- Autor: Naschbel (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 24 de agosto de 2024 a las 01:37
- Categoría: Triste
- Lecturas: 16
- Usuarios favoritos de este poema: Antonio Pais, ElidethAbreu, Mauro Enrique Lopez Z., WandaAngel
Comentarios1
Tus ojos, acerados y fríos,
donde el tiempo se detiene,
donde las estrellas, temerosas,
se apagan, se ocultan, se mueren.
Que belleza a lo largo de su poema.
Abrazos y gracias.
Muchas gracias!!
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