Nuestras.

Cielo de noche



Me gusta mirarte cuando te maquillas frente al espejo, cómo con cada movimiento  conviertes  tu hermoso  rostro en una obra de arte. Con exquisitez  , pasas ese labial por tus labios, esculpidos por un artista divino. Me pierdo en el temblor de tus dedos, en la forma en que tus ojos se clavan en los míos a través del reflejo, como si estuviéramos compartiendo un secreto bajo 7 llaves .

 

Me gusta sonreírte , seducirte en público, y que nadie se dé cuenta de nuestro juego. Fantaseo con mover el dedo, llamarte a mi lado, y que arranques de estas piernas carnosas las medias con esa lujuria que en el cuerpo habita  , revelando esta piel que arde bajo  el toque magnético tus manos. 

 

Adoro tus ojos brillosos, llenos de deseo y hambre. Si supieras que podrías devorar el mundo con esa intensidad, desgarrando todo a su paso, reclama lo que es tuyo sin compasión. Esta noche es ideal para bailar en tu abdomen bendito, donde cada movimiento es un tributo a la diosa que tengo ante mis ojos. Mis labios  buscan tu oreja, susurrándote hechizos como una serpiente que encanta desde su canasto. Si percibieras con qué malicia mis dedos se deslizan por tu piel ardiente, explorando cada centímetro, provocándote escalofríos y gemidos que repercuten en el silencio.

 

En este juego cruel, la punta de mi lengua se convierte en una espada que atraviesa tu corazón, pero no con dolor, sino con una dulzura punzante que te hace perder la razón . Y aunque no tenemos el amor de nuestro lado, tenemos esta noche, única , solo nuestra.

Para que te pierdas en mis ojos negros y descubras placeres que no sabías que existían. Cada toque, cada suspiro, te arrastra más y más hacia el abismo del éxtasis, donde el tiempo se detiene envueltas en un delirio de pasión infinita.

 

Tus uñas se hunden en mi piel perfumada reclama  lo que es tuyo, y yo responderé con mayor apetito , devorándote el alma  como si fuera la última vez. dejando solo la sensación abrasadora de nuestros cuerpos fundiéndose. Con cada movimiento, con cada roce, nos acercamos más al borde, hasta que finalmente, en un estallido de placer, alcanzamos juntas el éxtasis, perdiéndonos entre sensaciones donde la realidad y la fantasía se conectan.

Sé que aunque la noche se desvanezca y el amanecer nos alcance , seremos nuestras.

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