Sobre el polvo habitable de una aldea descarrilada en el condado de Kwale

Otxamba Quérrimo

DOS ERAN LOS PIES; UNA, LA MAÑANA,
la fatiga, la urgencia…
Corrían, como dos gacelas que en vez de pezuñas
tuvieran —¡sí!— tacones,
es decir, renqueando; un galope de porcelana
rematado en colegio, en malestar.
Ya allí, los pies, rebuscando niñez entre sus uñas 
y sólo hallando la terca insolencia
de un picor familiar,
aceptarían, algo remolones, 
las brasas del zapato.
(Hasta que la maestra sucumbiese a la ocurrencia
de entenderlos). Ungidos,
además, con el estigma, tendrían dos opciones:
o rascarse miradas todo el rato, 
o, bajo la suela de arena del suelo, exasperar.
Pero antes, esos pies, ennegrecidos
hasta la indiferencia,
corrían —hemos dicho—. Obscenamente.
Como con los talones
llenos de culpa, y mugre, y aún peor, anonimato.
Si supieran que el yugo
de sus traumas lo ha urdido un rastro de malentendidos,
¿dejarían acaso de correr?
Si los dos pies supieran, ¿detendrían, de inmediato, 
la soluble pobreza que consiente,
en sus dedos roídos,
recibir como huésped al verdugo?
No: sin agua corriente,
y descalzos… Ahora: como les diera por saber…

 

La otra luna de la cara (2024)

 

  • Autor: Otxamba Quérrimo (Offline Offline)
  • Publicado: 26 de agosto de 2024 a las 09:25
  • Comentario del autor sobre el poema: ¿Cuál es el trasfondo de este poema? La tunga. Almu y yo estuvimos viviendo el año pasado en Kenya. En muchas zonas rurales de este país las casas no tienen suelos propios, a lo que se le suma la falta de recursos y, sobre todo, de información, que obstaculiza la higiene y, por extensión, la salud. La tunga es una pulga comesangre. Habita bajo la piel —también la humana—, donde pone sus huevos y, poco a poco, necrosea los tejidos. Os podéis imaginar lo incómodo que es dormir, andar, vivir con ese bicho dentro. De eso trata el poema, o digamos mejor, este microrreportaje sobre la hematofagia podal. Tiene, además, una arquitectura insólita: la del motete isorrítmico medieval. O lo que es lo mismo: "TALEA" (duración). Un patrón de tres métricas silábicas: (1) 11, 7 y 15; (2) 7, 15 y 11; (3) 15, 11 y 7; etc. Y COLOR (alturas). Una melodía de cinco rimas consonantes: (1) -Ána, -Éncia, -Úñas, -Ónes y -Ár; (2) -Áto, -Éncia, -Ídos, -Ónes y -Ár / -Énte; y (3) -Áto, -Úgo, -Ídos, -Ér y -Énte.
  • Categoría: Sociopolítico
  • Lecturas: 19
  • Usuarios favoritos de este poema: Antonio Pais, Raül Bernadas, Mauro Enrique Lopez Z.
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