Yo soy el día, tú la noche;
tan cerca y nunca juntos...
Poner de excusa la amistad,
callar los gritos de mi alma,
es mi cuaresma perpetua,
mi penitencia sin confesión.
Bella tentación de mis ojos,
torbellino que me hipnotiza,
me atrae y me enloquece
y a cada rato me apetece.
¡Ay secreto mío inconfesable,
arrepentimiento imposible,
sueño y nada más sueño aún,
amor de boca sin protocolos,
ilusión de todos mis suspiros,
que ya sospecha el universo.
Te quiero con etiqueta de prohibido,
te deseo con título de ajeno,
o sea con sacrílega libertad
porque eres dulce pecado original.
TE QUIERO, y te quiero CONMIGO
sin epítome de códigos morales
que infringimos en complicidad;
me quiero, y me quiero contigo
hoy, mañana y todas las estaciones.
¡Ay qué bonito es lo anormal,
qué atrayente es lo imposible.
Amar algo como entre la sombra,
donde los verbos del corazón
llevan el sello de pecado y prohibido.
Es casi un ritual de apoteosis,
donde crees y sientes el cielo,
por hacer todo y no sós nada.
- Autor: Salvador Sosof (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 26 de agosto de 2024 a las 14:24
- Comentario del autor sobre el poema: Que lo prohibido es atrayente, sí. Y hasta puede volverse cadena. Pero después sigue vacío. Es mejor no alimentar una ilusión... Espero su opinión.
- Categoría: Amor
- Lecturas: 23
- Usuarios favoritos de este poema: Antonio Pais, Mauro Enrique Lopez Z., Pilar Luna
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.