Te fuiste sin hacer ruido
lanzando dardos silentes
de olvido con la mirada,
mi corazón quedó encogido,
siguió luchando sin darse
cuenta de que te habías ido
y lo que quedó detrás era solo
oscuridad donde no podrá entrar
ni un solo haz de ruido,
ni un soplo de suspiro.
Una infranqueable muralla
bloqueará cualquier intento
de acercamiento y nuestros
caminos no se volverán
a cruzar, la senda por donde
habíamos ido se volverá bosque
sin luz rodeado de espinos
y zarzas, sin rostros en los álamos,
sin recuerdos, sin heridas.
- Autor: nachosol ( Offline)
- Publicado: 26 de agosto de 2024 a las 17:34
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 28
- Usuarios favoritos de este poema: Antonio Pais, Mauro Enrique Lopez Z.
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